martes, 28 de agosto de 2012

FLORES DEL MAL

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Flores del mal película francesa de David Dusa

Flores del mal  (2010, Francia) puede ser vista como una historia de auto exilio en época de redes sociales. Anahita (Alice Belaïdi) es una joven de 20 años iraní. Se hospeda en un elegante hotel parisino en el que conoce a Gecko (Rachid Youcef), un joven que practica parkour y que trabaja de botones.
El director de la cinta, el húngaro David Dusa, propone un costado amoroso a su narración. Entre Anahita y Gecko surge una historia de amor previsible, con sus peleas, idas y vueltas, cenas con vino, bailes con música iraní y algunos momentos intelectuales poco originales e irritantes. Sin embargo Dusa equilibra su obra incluyendo dos elementos de distinta naturaleza que levantan a la película cada vez que está a punto de caer.

Es interesante la condición de acróbata de su protagonista. La forma en que maneja su cuerpo el actor/personaje, desplazándose por París girando sobre sí mismo, bailando una especie hip hop electrónico mientras realiza actividades tan cotidianas como vestirse o bajar una escalera, aporta un particular humor y sorpresa para el espectador. Permite un registro ágil con cierta estética MTV.
Este lado cool de la película está reforzado por la presencia permanente de un lenguaje de red social. Twitter,  Facebook y Youtube son los medios más comunes de comunicación y de contacto con el mundo para estos personajes y están completamente integrados al retrato que realiza Dusa. Prácticamente el uso y sus efectos en cada uno de ellos, los define. Como si marcara el tempo de la historia, cada 15 minutos sobre la imagen aparecen símbolos y tiwtts. A medida que avanza la película, Dusa muestra cómo cada uno de sus personajes recibe las noticias de violencia política en Irán. Los videos se cuelgan en youtube permanentemente y las muertes en vivo son corrientes. Tanto Anahita como Gecko seguirán los sucesos “históricos” desde sus computadoras o desde sus teléfonos celulares.
David Dusa y Rachid Youcef, director y actor de 'Flores del mal'
David Dusa y Rachid Youcef, director y actor de ‘Flores del mal’
Este punto de la cinta es el más valeroso. Deja planteada una reflexión muy válida, acerca de cómo tomamos esta información que cada vez nos es más accesible. Ya no hace falta leer sobre la violencia, se puede ver en vivo una y otra vez, se puede compartir, se puede comentar, ¿pero esto alcanza para qué? ¿Influye la rápidez en que se divulga, la brutalidad de las imágenes, para detener la violencia? ¿Nos moviliza da alguna manera?
A medida que la relación entre los jóvenes se profundiza, el autor va dejando espacio para que la política participe en la historia. Anahita, joven de la burguesía iraní, llegó a París para escapar de los disturbios. Estudiante de una universidad privada, sus amigos encabezan manifestaciones y se enfrentan a la policía. La posibilidad de que alguno muera o sea secuestratrado y torturado es muy probable. Así es que Dusa se adentra en una problemática interesante, intenta mostrar cómo la juventud más conectada con la información puede y quiere enfrentarse a la represión política en la actualidad.
Flores del mal película francesa de David Dusa
En el caso de Anahita el auto exilio cada vez la asfixia más, sobretodo desde que deja de recibir mensajes de sus amigos y los videos que descarga son cada vez más sanguinarios. Lejos de cualquier postura romántica revolucionaria, la sensación de cobardía aumenta en la protagonista hacia el final del film, y es en ese momento en que el director intercala unos emocionantes videos iraníes, con imágenes y rezos tan bellos como desesperantes, por el ejemplo el que registró un celular tembloroso que enfoca terrazas apenas iluminadas, con decenas de personas llamando a Alá en medio de la noche.
Si bien Flores del mal no es una película perfecta ni mucho menos, el tratamiento hábil que hace Dusa de la violencia y los medios, de la violencia y los jóvenes, de la violencia y cómo enfrentarla, la convierte en una experiencia interesante de atravesar. Ver cómo la protagonista compra libros en París mientras en Irán mueren sus compañeros, no está tan lejos de preguntarnos cómo nos afecta a nosotros descargar el asesinato de una mujer de 22 años en Afganistán por una supuesta infidelidad, por citar un caso reciente.

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